Ranitas de Darwin, símbolo de la conservación nativa

La ranita de Darwin y el sapito vaquero son las únicas especies conocidas en el mundo en los que el macho cría a los renacuajos dentro de su saco vocal, un cuidado sin par entre las más de 8.000 géneros de anfibios en el planeta.

En este vientre, los renacuajos se alimentan de una sustancia secretada por el padre y llevan a cabo todo su desarrollo hasta alcanzar la metamorfosis, momento en el que se transforman en pequeñas ranitas y son liberadas al suelo del bosque.

El sapito vaquero es propio de la cordillera de la costa de Chile, entre Zapallar y Concepción, aunque no ha sido visto desde 1981 y podría estar extinto.

La ranita de Darwin, por su parte, habita desde la cordillera de la Costa a la de los Andes, entre Concepción y Aysén, incluida una pequeña franja de Argentina. Fue descubierta para su descripción científica por Charles Darwin, durante su paso por el archipiélago de Chiloé en la primera mitad del siglo XIX.

Sin embargo, la especie ya era conocida y aparecía en la alfarería de pueblos originarios que habitaron este territorio hace 1.200- 2.000 años. A diferencia de otros anfibios, la ranita de Darwin no depende de cuerpos de agua –ríos, riachuelos, pozas o lagos–, para completar su ciclo de vida, pero sí de una alta humedad ambiental.

Esta es una especie diurna y solo se le encuentra en el bosque, con mayor abundancia en los de tipo nativos, antiguos y húmedos. En estos lugares se caracteriza por su agudo canto, semejante al silbido de un pájaro.

La ranita de Darwin está en peligro de extinción. Sus principales amenazas son la pérdida y degradación del bosque nativo, el cambio climático y la quitridiomicosis de los anfibios (enfermedad infecciosa causada por un hongo patógeno). Diversas poblaciones de esta especie han declinado o desaparecido en los últimos años.

Por este motivo, en 2018, se realizó el lanzamiento de la “Estrategia Binacional de Conservación de las Ranitas de Darwin”. El objetivo es unificar los esfuerzos de diversas organizaciones nacionales e internacionales para proteger a esta singular especie.

Como parte de dicha iniciativa, ONG Ranita de Darwin (www.ranitadedarwin.org) colabora con diversos individuos y organizaciones en la conservación de esta especie y de otros anfibios en tierras privadas en el sur de Chile, mediante acuerdos voluntarios de conservación y figuras legales como el Derecho Real de Conservación.

Esta organización y sus colaboradores también lideran el monitoreo de poblaciones silvestres y acciones de difusión y educación ambiental para dar a conocer la importancia de las ranitas de Darwin a la sociedad.

La ranita de Darwin y el sapito vaquero son un símbolo de la conservación de los bosques nativos del sur de Sudamérica. Esto resalta la urgente necesidad de fortalecer las leyes y políticas públicas, así como también las iniciativas privadas que tengan como finalidad la protección de nuestra biodiversidad y ecosistemas, sobre todo si se considera el profundo cambio global antropogénico que afecta a nuestro planeta.