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Las hojas otoñales, un recurso valioso

Las hojas otoñales, un recurso valioso

Gabriela Saldías, ingeniera agrónoma, paisajista, académica de la Escuela de Arquitectura y Paisaje de la Universidad Central, nos hace una invitación a no botar las hojas de los árboles y arbustos. Conoce sus beneficios.

Importancia de la reforestación

Las que caen cada otoño desde árboles y arbustos caducifolios están lejos de ser basura, aunque por el trato que se les da, así pareciera. Con premura, vemos cómo conserjes y personal de aseo de las municipalidades se apuran a recolectarlas y depositarlas en bolsas de basura. Luego son llevadas lejos por el camión recolector. ¿A dónde se van? En muchos casos, al vertedero; en los menos, a algún lugar de compostaje. Esta última opción es la que debería dominar con absoluta certeza.

Es una lástima que se desconozcan y no se valoren todos los beneficios que esas hojas pueden aportar a los jardines y áreas verdes, privadas o públicas, sean de una casa, una plaza o un gran parque.

En cada una de esas hojas hay nutrientes que deberían volver a la tierra, muchos microorganismos serían beneficiados con su presencia y el suelo sería más aireado, rico y sano. Además, sobre los macizos arbustivos y bajo la copa de los árboles crean una atmósfera controlada que mantiene la humedad por más tiempo, regula la temperatura, favorece el crecimiento de hierbas, válido para plantas de la huerta y mantienen las raíces protegidas del frío. Puros beneficios.

Es momento de cambiar esta visión arraigada y equivocada de botar las hojas. Hay que mirarlas diferente y disfrutar del espectáculo cromático paisajístico que generan. Cada año, en esta temporada, despliegan una diversidad de colores que van desde amarillos, anaranjados, rojizos y morados.

Aparte, resulta inolvidable la experiencia de una caminata sobre un manto de hojarasca colorida y crujiente. Es un recuerdo que se atesora y se espera cada otoño.

Importancia de la reforestación

Estamos todavía a tiempo de colectar las que caen de manera pausada, y sacarles el máximo provecho en el compostaje, o como una capa de mulch o acolchado (cubierta de material orgánico o mineral que regula humedad y temperatura).

Ambas alternativas son fáciles de implementar. Para el caso del compostaje se debe ubicar un lugar del jardín donde depositar las hojas, ya sea en un hoyo, como se solía realizar antes, o sobre la superficie del suelo en algún contenedor bien aireado que permita mantener la humedad.

Otra opción es combinar la composta con restos vegetales de la cocina. El proceso de transformación se acelerará si incorporamos lombrices (por ejemplo, la roja californiana, Eisenia foetida). Son grandes aliadas.

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