El alucinante mundo de los hongos
El último catastro de hongos realizado en nuestro país se encuentra en el libro Flora fungosa chilena de Fernando Mujica, Claudio Vergara y Edgardo Oehrens, publicado en 1980. En esta investigación se estima que existen alrededor de 3 mil especies en Chile. Sin embargo, debido a la biodiversidad de nuestro territorio, se vuelve necesario contar con un registro más actual.
“A lo largo del país se pueden encontrar una gran diversidad, entre ellos varios endémicos, es decir, que solo se hallan en nuestro país”, explica Viviana Salazar-Vidal, profesora, bióloga y magíster en Ciencias Forestales.
¿Cuál es su importancia?
Existe un gran desconocimiento sobre el rol ecológico de los hongos. Salazar-Vidal, también fundadora de la ONG Micófilos y Lemu Rehue, es mucho más optimista: “Recientemente, la visión hacia ellos está cambiando de manera positiva”.
Estos participan, junto con las bacterias y otros microorganismos, en la descomposición de la materia orgánica, vegetal o animal. Se reduce a partículas muy pequeñas que pueden ser asimiladas por otros organismos para alimentarse. En palabras simples, son verdaderos recicladores que redistribuyen los nutrientes.
También se ha documentado que algunas especies de hongos pueden ser clave en la mitigación del cambio climático. A modo de ejemplo, los micorrízicos, a lo largo del micelio, se asocian a las raíces de los árboles para beneficio mutuo: el hongo obtiene alimento a partir del árbol y este aumenta la superficie de absorción de agua y de nutrientes limitantes, como fósforo y nitrógeno desde el suelo. Además, estos hongos subterráneos almacenan el CO2 (dióxido de carbono) e impiden que se libere a la atmósfera.
Estos organismos también pueden ser una alternativa sostenible para fabricar diversos biomateriales. En la actualidad, hay cueros y empaques elaborados con su micelio, en lugar de materiales contaminantes, como el plumavit, plástico y cartón. Asimismo, son importantes en la industria alimentaria para la producción y preservación de variados alimentos, como el pan, queso, yogur y leche, entre otros.
Hongos en peligro de conservación
Como el resto de nuestra biodiversidad, también están en peligro. Una de sus principales amenazas son los incendios forestales, en su gran mayoría causados por la acción humana. También están la tala del bosque nativo y la sustitución por especies exóticas, tales como el pino y eucaliptus. Del mismo modo, la desertificación generada por las sequías prolongadas puede afectar su distribución y poblaciones.
Hoy, existe un legítimo interés en adentrarse en el mundo de los hongos. Si usted quiere fotografiarlos o recolectarlos para su consumo personal, hágalo de manera sostenible y consciente o asesórese por especialistas en el tema. Solo saque los ejemplares maduros, pues al tomar los inmaduros no permite que sigan su ciclo vital y dispersen sus esporas para propagarse. Los más pequeños no tienen la composición nutricional o medicinal que alcanza uno en su estado adulto.